¿Somos realmente fuertes?

Cuando se apagan las luces y se cierran los negocios sólo quedo yo en la oscuridad, en el vacío, en unos minutos eternos que sólo dan lugar a pensamientos y reflexiones. Ahí veo quién soy: un frágil ser humano.


Soy un chico con un gran potencial, soy inteligente, soy táctico, un estratega, un lobo voraz, hambriento de gloria. He tenido conquistas, he logrado lo que he querido, cumplido metas al costo de no cumplir cientos de otras metas. Todos ven La Gloria, todos ven buenos resultados, ¡ay, qué buen chico!, ¡ay, debe ser estudioso y debe ser aplicado! Lo que no ven son los demonios que llevo dentro, esos que me exigen ser el mejor todos los días, todos los momentos. Esa furia interna me exige ser ordenado, disciplinado, cumplir mi palabra, ser un diamante único en su clase.

Todo esto es una perfecta coraza para cubrir mi debilidad de ser humano. Ahora me encuentro sólo en medio de la oscuridad, expuesto, temiendo por mi integridad.

Frágil, humano, yo.