El día veinticuatro por la noche te vistes con la mejor ropa, preparan una gran cena, adornas la casa con luces y esperas con ansias que sean las 00:00 horas para abrazar a todos con un "feliz navidad".
¿DESDE CUÁNDO CELEBRAS NAVIDAD?
Esa tradición se ha expandido igual de la mano del Catolicismo y ha permanecido en las costumbres de la mayoría de países del mundo.
LO BUENO
Navidad es una fiesta global que mueve mucho dinero, en especial el día veinticuatro.
Si eres emprendedor o tienes a cargo un negocio, apunta todas tus estrategias y la mayor parte de tu inversión a esta fecha.
Es más importante que el día de San Valentín, el día de la Madre, Halloween, u otra fiesta tradicional que haya en tu ciudad.
La Navidad cambia la conducta de gran parte de la población por estos dos factores:
- El año está por terminarse y toca una reunión con amigos y familiares.
- La mayoría de trabajadores está con DOBLE SALARIO, y harán lo que sea por gastarlo (porque se lo merecen, ¿verdad?)
LO CUESTIONABLE
La paz escapa de la ciudad. Las personas se vuelven ansiosas, todos quieren comprar al mismo tiempo regalos, adornos, comida y bebida.
La mayoría pasa a vivir en modo automático durante las horas previas a Nochebuena y Navidad. La desesperación está a flor de piel. Ya nadie sonríe.
Y entonces llega la noche y la batalla de egos, a mostrar la mejor ropa, el mejor outfit, modelar o simplemente vestirse de lujo para intercambiar abrazos.
- Si esta Reunión puede realizarse en cualquier día del año, ¿por qué alinearse con las costumbres del vecino? ¿Por qué dejarse llevar por la Costumbre Comercial que alguna élite inventó?
- ¿A dónde va a parar la racionalidad de las personas a tal punto de alterar sus Hábitos Alimenticios? En una sola noche se mezclan varios sabores, en gran cantidad, y en altas horas de la Noche.
- ¿Acaso es esto una actitud saludable? Tal vez todo es parte de un plan conspirativo para aumentar enfermedades digestivas, y no nos damos cuenta.
Y no estoy paranoico. ¡Jajaja! Solo me hago preguntas de sentido común. Respuestas obvias que la mayoría debe darse cuenta, pero no se detienen un minuto a respirar y pensar 'qué estoy haciendo'.
En fin.
Piensa siempre. Tú tienes la última palabra.
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